Hace pocos días le entregué un trabajo literario a
una colega para la corrección de estilo y ortografía. En la revisión del texto me señaló que la
palabra triciculero no existía, me
extrañó que siendo ella dominicana me hiciera un señalamiento semejante, ya que
es una palabra de uso común entre los dominicanos. Me dejó tan extrañado que decidí buscar la
palabra triciculero en varios
diccionarios de dominicanismos. En
efecto, la palabra no aparece registrada en los diccionarios que consulté. Me decía la colega, que la palabra correcta
era triciclero. Para mi sorpresa la palabra triciclero no aparece en los
diccionarios convencionales. Entonces,
busqué la palabra triciclo en el
diccionario de la Real Academia de la Lengua:
(De tri- y el gr. κύκλος, círculo, rueda). 1. m. Vehículo de tres ruedas. 2. m. Juguete infantil de tres ruedas, que se
mueve mediante la acción de pedales. Triciclero
es quien conduce un triciclo, lo
mismo que, triciculero es el
conductor de un triciculo. Es evidente que la palabra triciculo es una deformación de la
palabra triciclo por el uso inapropiado
de la misma en su pronunciación. Para el
dominicano un triciculo es un
vehículo de tres ruedas accionado por pedales o motor de gasolina adaptado con
un contenedor, de madera o metal, sobre el eje delantero que se utiliza para
vender o transportar todo tipo de mercancía.
Pero el triciclo
no es un transporte exclusivo de la República Dominicana, en otros países latinoamericanos
se utiliza de igual manera, tales como Nicaragua, en donde se les llama “caponeras”,
México, Perú, entre otros. Al igual que
aquí, en Dominicana, estos triciculeros, tricicleros o caponeros ocasionan
serios problemas de circulación vial.
Leía en el Nuevo Diario.com.ni, periódico digital Nicaragüense, lo
siguiente:
“Tricicleros
ilegales quieren ‘vía libre’. Jackson Mayorga, de 23 años, cadete de un triciclo
en la localidad, denunció que las sanciones que aplica la municipalidad afectan
su pobre situación económica. Con un
paro frente al edificio de la municipalidad leonesa los dueños y cadetes de
triciclos intentaron ejercer presión para que se les conceda circular
libremente por toda la ciudad”.
Leí en el Diario del Sur, México, una noticia más
actualizada:
“Tricicleros bloquean calles de Cacahoatán. Tricicleros y chóferes de la ruta de colectivos "Cobach",
bloquearon por la mañana céntricas calles de la cabecera municipal, para
impedir la ampliación de la ruta sobre la 6ª calle, por donde los colectivos de
la Cooperativa 9 de Diciembre, habrían de iniciar labores como parte de la
autorización por parte de la Secretaría del Transporte del Estado”.
En ambos casos, se trata de triciclos de
transporte público de personas que operan de manera ilegal.
En República Dominicana este tipo de transporte se
utilizó sin mucho éxito, en la ruta San Martin – UASD a todo lo largo de la
avenida Tiradentes. Los triciclos eran
un híbrido entre Motoneta Lambretta y furgoneta, adaptada con asientos en la
parte trasera y a ambos lados del chófer.
Transporte arriesgado y peligroso para los usuarios. Fue reemplazado por el “motoconcho”, una
modalidad de transporte de pasajeros pero en un motor de dos ruedas.
En el periódico digital El Diario.com.ec. que se
publica en la región de Portoviejo en Ecuador, encontramos este otro artículo. “Municipio
busca el orden y tricicleros defienden su trabajo. Al menos cinco quejas han sido interpuestas en
la Defensoría del Pueblo por parte de tricicleros que expenden en el centro de
la ciudad. Así lo aseguró el presidente
de la Asociación de Comerciantes Minoristas Ambulantes, Heriberto Sosa Chávez”.
El triciclo es un vehículo de uso general en toda América
Latina y en otros países asiáticos. En
República Dominicana el triciculo es
un vehículo para todo uso, se puede ver cada día en las calles de Santo Domingo
o en cualquier región del país al triciculero
transportando las cosas más insólitas dentro de este versátil vehículo de tres
ruedas. Sirve para vender víveres,
vegetales, frutas y otros alimentos; se puede cargar una lata con un fogón debajo
prendio en candela para vender maíz
sancochado, pasteles en hoja, pollo matado y pelado; se hacen mudanzas, se
transporta chatarra, se recoge cartón y botellas, en fin, el triciculo en la República Dominicana
adquiere la característica que su dueño le imprima, la imaginación es el
límite.
Incluso a mí, cuando apenas tenía como siete años
de edad, Daniel, el verdulero que pasaba diariamente y se paraba frente a la
casa número 11 de la Hilario Espertin, para que mamá se abasteciera de la
ensalada del mediodía, me cargaba y me ponía a un lado del triciculo para darme una
vuelta a la manzana. Darle un paseo alrededor
del barrio al hijo de la “vecina”, al que se atrevía a llamarle por el mote de “buche
pavo”.
Hasta para eso sirve un triciculo en la República Dominicana.