—Hola Ada.
—Oh pero Simón cuanto tiempo que no sabía de usté, pase,
pase que su mecedora está aquí esperándolo siempre. Le preparo un técecito de
yerbas aromáticas.
—Claro que sí.
Ada, diligentemente apresuró el paso a la cocina, le voceó a
Simón: —Y dónde era que uste estaba metido que no venía por aquí.
—Tú sabes… perdido en el espacio ¿tú te acuerdas de esa
película?
—Tú siempre estás perdido con mi edad. No, no la recuerdo
aunque en Netflix vi un título igual que ese.
—Sí, es la versión moderna de esa película pero demasiados
efectos visuales además al señor Smith lo cambiaron por una mujer: “no temáis
que Smith está aquí”, esa frase me encantaba… porque pendejo como él no había.
Ada, llegó con dos pozuelos de té humeantes.
—Cooonnuu… eso si ta caliente. Espérate Ada, que tú me vas a
dejar caer eso encima.
—Uste si se ha puesto ñoñito.
—Ñoño no, es que tú viene con eso parriba de uno con mucha
mala fe.
—Ya deje su ñoñería Simón, usté ta oyendo por donde andan
los acontecimientos en Haití.
—Igual que perdidos en el espacio, que nadie sabe en qué
galaxia está. Ahí no se va saber absolutamente nada le han tirado demasiado
tierra a ese muerto cómo para que no jieda. Así que si uste estaba esperando el
desenlace de ese drama compre palomitas y pongase a ver una película de amor
por si tiene deseos de llorar.
—La verdad es que uste es un hombre que no tiene corazón
Simón…
—Hablando de corazón Ada me paré ayer en una fritura en
Villa Juana y me comí una asadura que tenía corazón, hígado y un bofecito con
totone que daba la hora…
—Si uste no quiere hablar de la situación haitiana uste lo
que tiene es que decirlo y dejarse de estar evadiendo el tema…
—Mira Ada ese tema está muy manoseado, demasiadas lagunas,
muchas teorías, preguntas sin responder y demasiada gente opinando sobre lo que
debe hacerse o decirse en Haití, ni uste ni yo vamos a revivir a Moise ni vamos
a evitar las posibles consecuencias de lo que pueda pasar de ahora en adelante en
esa nación hermana.
—Tú tienes razón, Simón, quería comentar los hechos contigo,
oír tu opinión pero la verdad es que eso no se puede batir más, total que el
Clode Yuse renunció, la primera dama llegó, a Moise lo entierran el viernes y
todavía nadie habla ni dice nada del paradero de los hijos del difunto y la
Sra. Primera Dama.
—A lo mejor Ada, esos muchachos lo tiene alguien retenido
hasta que las honras fúnebres pasen y la primera dama se recoja.
—¿Qué uste quiere decir con eso Simón?
—No, nada, carajo se me hizo tarde déjame
llegar, hablamos luego.