"Porque la aflicción no sale del polvo, ni brota de la tierra la molestia; sino que, como los relámpagos se levantan para volar por el aire, así el hombre engendra su propia aflicción. Ciertamente yo en tu lugar buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa".
Job 5, 6-8

julio 17, 2012

¡No te meta en esa vaina!

A propósito de un evento del que no me pude sustraer.
Dr. Simon Froylan

El diablo anda suelto… definitivamente.  Le voló el brazo de una pasá.  El machete se quedó horrorizado al enterarse del suceso.  Sus caras, manchadas de sangre, miraban consternadas como el sudor de su brazo corría por el filo semejando el llanto que provoca una tragedia anunciada.  El machetazo le cercenó el brazo al Guaro.  El puñal le traspasó el hígado a Chimpa.  ¡No te meta en esa vaina! Ese pleito no es tuyo.  Guaro se desmayó.  El Chimpa no tenía fuerzas.  La sangre derramada acabó con el pleito.  ¡Eso no se queda así!, le gritó Chimpa antes de morir sin saber que el pleito había terminado ahí.  Que lo lleven al Darío.  Ese brazo está en un hilito.  Qué importa, en el Darío se lo pegan.  Mierda, Mano, usted si es cruel.  ¿y no es verdad?

Aquel hecho transcurrió como si fuera un día normal de trabajo en una tienda.  Recogieron los cuerpos, lo montaron en la cama de una camioneta en medio del bullicio y la algarabía de los espectadores.  Guaro mató a Chimpa.  Pero se quedó sin brazo.  ¿y qué? Pero mató a Chimpa.  Se podía oír en cualquier lugar del barrio.  Chimpa era un terror.  Metía Coca por boca y nariz y después salía atracar para seguir metiendo más Coca por ojo, boca y nariz.  Ese tiguere se creía que todas las mujeres eran de él.  No respetaba ni a los maridos.  Atento a guapo mantenía a todo el mundo en zozobra.  Guaro estaba convencido de no haber visto nunca un hombre con otro en la boca.  Por eso el pleito.
Por ahí anda Guaro con su brazo remendado.  Para ser en el Darío esa costura le quedó muy bien.  Y qué tú te crees, en ese hospital es que están los mejores médicos de este país.  Ya lo creo.  Y qué tú piensas, de lo de Chimpa, se quedará eso así.  Yo lo dudo, a Guaro que se cuide.  Yo creo que se quedará así.  ¡Oh! y quién eres tú.  El que escribe la historia.  ¡Cómo!
Sí, no creo que nadie tomará represalias contra Guaro.  El Chimpa era un ser despreciable al que todos le deseaban la muerte cada día.  Nos indignamos con este tipo de personaje pero todos siempre encontramos una justificación para no enfrentarlo.  Ya sea porque no vale la pena.  Un día una sobredosis lo matará.  Mis hijos.  Mi esposa.  Qué dirá Mamá.  No le voy a dar ese sufrimiento, en fin, un millón de excusas válidas para evadir una responsabilidad colectiva.  Miles de Chimpas en los barrios.  Pocos Guaros.  Nadie quiere enfrentar los males que nos agobian.  Nadie quiere enfrentar a los corruptos.  Nadie quiere verse envuelto en una encerrona. Nadie quiere perder un brazo en una riña.  ¡No te meta en esa vaina, que a nadie le importa!

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