Texto basado en una
participación de Ignacio Frías en el Foro del Español del Centro Virtual
Cervantes. Publicado en Mundo Hispanohablante
por Arturo Ortega Morán el 24 de abril de 2008.
Tal vez en algún
momento, has oído o usado la expresión “cosas veredes…”; una forma pintoresca
de decir en tono perplejo y exclamativo: “¡las cosas que hoy se ven…!”. No es
una expresión del lenguaje de todos los días, pero tampoco es raro que de
pronto nos topemos con ella.
Se ha extendido
la idea de que ésta es una cita extraída del Quijote, y su forma completa
sería: «cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras», con un sabor a
castellano antiguo de cuando la “h” sonaba como “f”.
La verdad es que
en el Quijote no se encuentra esta expresión, como tampoco se encuentra aquella
tan mencionada que dice: “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos”, ni otras
que se le achacan a la magna obra de Cervantes.
“Cosas
veredes…”, en realidad, según se lee en El Porqué de los dichos, de José Ma.
Iribarren; es una distorsión de un verso que aparece en El Romancero del Cid. En ese verso, el rey le propone al Cid
conquistar Cuenca, y éste le replica:
Antes que a guerra vayades
sosegad las vuesas tierras.
Muchos males han venido
por los reyes que se ausentan…
Entonces, el
monje Bermudo (uno de los personajes de esta historia), le dice al Cid que si
está cansado de pelear se vuelva a Vivar y le deje al rey la empresa. El Cid,
herido en su amor propio, se sulfura, discute con el fraile y termina
llamándole cobarde. El rey, entonces, interviene diciéndole al Campeador:
Cosas tenedes, el Cid,
que farán fablar las piedras,
pues por cualquier niñería
facéis campaña a la iglesia.
Como puede
observarse, la expresión en realidad era: “Cosas tenedes…”, pero en algún
momento de la historia, algún despistado distorsionó forma y significado y
ahora cuando asombrados vemos cosas que nos parecen increíbles podemos
exclamar: ¡Cosas veredes!