"Porque la aflicción no sale del polvo, ni brota de la tierra la molestia; sino que, como los relámpagos se levantan para volar por el aire, así el hombre engendra su propia aflicción. Ciertamente yo en tu lugar buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa".
Job 5, 6-8

octubre 20, 2013

Entrevistas Tradabordo

Entrevista realizada a Adalberto Morillo por Delphine Texier para TRADABORDO.

1) ¿Cuánto hace que escribe y qué lo impulsó a escribir?
De manera casual desde muy joven y de manera asidua y constante desde el año 2009.  Mamá era una intelectual de corte socialista pasiva, que leía todos los periódicos, tanto los matutinos como los vespertinos y una devoradora insaciable de libros de su interés.  Aprendí a leer, viéndola a ella, periódicos, revistas y libros.  Mi pasión por la lectura me empujó a la escritura.  Entonces escribía mis vivencias en un diario, luego convertía en cuentos las más interesantes y cuando empecé a enamorarme entonces escribía poesía y cantos de amor.  La vida me enseñó que es un deber de cada uno de nosotros, mostrarle a nuestra descendencia quienes somos, bajo cuales circunstancias tomamos tales decisiones, que tan valiosa o miserable es nuestra vida.  La vida es circular, todo se repite, no sólo le heredamos bienes materiales a nuestros hijos también todo lo que somos y seremos.  Esa es la razón que me impulsó a escribir.  Quiero que utilicen mis experiencias para cambiar sus destinos porque los futuros son alternativos y podemos escoger el que nos plazca.

junio 08, 2013

¿NUEVA ETAPA? ¿O MÁS DE LO MISMO?


Hoy es un gran día, piensa Simón, se regocija la democracia.  Tenemos un nuevo Presidente.  Eso es bueno.  La alternabilidad en la conducción de la “cosa pública”.  Es muy buena.  Ojala, quiera Dios, que esto sea el fin del mesianismo político, que tanto daño le ha hecho a este “paisito abandonado a su suerte”.
Simón, camina por las calles de Santo Domingo viendo el regocijo, que al igual que él, demuestran la mayoría de los dominicanos.  En su recorrido, ensimismado, observando la algarabía de la gente; casi de manera inconsciente, llega a la casa de su gran amiga Ada.
Ada, que conoce muy bien a Simón, preparó la terraza para darle la bienvenida.  A sabiendas de que Simón es apolítico, preparó el ambiente para celebrar el triunfo de la democracia.
—Ada, ¿y esta puerta abierta?
—Sabía que usted vendría, por eso la dejé así.
—¿Oíste el discurso…?
Simón no pudo terminar la frase.  Al caminar a la terraza, se quedó boquiabierto.  En realidad, Ada, se había lucido con la decoración.  El ambiente creado parecía más bien la celebración de un aniversario de boda.  Dispuso en el centro de la terraza una mesa redonda cubierta con un mantel blanco de lino y otro de igual tela sobre éste, pero cuadrado de color morado.  Las mecedoras recién empajilladas y lustradas lucían excepcionalmente impresionantes para la ocasión.  El aroma de los fettuccinis con camarones en salsa de ajo y limón escapan del chafing dish, que celoso los guarda.  Sobre la mesa, una hielera de cristal de Murano con ribetes de oro aporta el glamour, mantiene a la temperatura ideal una botella de Moët & Chandon colección del 2004, conservada por Ada para una gran ocasión y que sólo compartiría con su gran amigo Simón.

junio 04, 2013

Les choses qui refusent de disparaître



« Les choses qui refusent de disparaître »
A. Morillo, (République Dominicaine)
  
— Allô, Ada, ouvre-moi. Je suis là, dehors.
— Ah bon ? Vous avez acheté un portable ?
— Oui, Ada, ouvre-moi. Je me demande quand tu cesseras de te laisser aller comme ça.
— Voyons ce que vous avez acheté.
— Un Alcatel, tout simple. Et le fauteuil à bascule, où l'as-tu mis ?
— Attendez, Simon. Ils est dans la cour, avec les autres. Un homme qui retapait des châssis et paillait des chaises est passé hier, alors j'en ai profité pour les faire réparer.
— Cet homme est un artiste, Ada. Le résultat est vraiment superbe.
Pendant que Simón installait les fauteuils, Ada se rendit gaiement à la cuisine pour préparer un délicieux café de Colombie que lui avait envoyé une de ses belles-sœurs.

marzo 19, 2013

Triciclo, triciclero; triciculo, triciculero



Hace pocos días le entregué un trabajo literario a una colega para la corrección de estilo y ortografía.  En la revisión del texto me señaló que la palabra triciculero no existía, me extrañó que siendo ella dominicana me hiciera un señalamiento semejante, ya que es una palabra de uso común entre los dominicanos.  Me dejó tan extrañado que decidí buscar la palabra triciculero en varios diccionarios de dominicanismos.  En efecto, la palabra no aparece registrada en los diccionarios que consulté.  Me decía la colega, que la palabra correcta era triciclero.  Para mi sorpresa la palabra triciclero no aparece en los diccionarios convencionales.  Entonces, busqué la palabra triciclo en el diccionario de la Real Academia de la Lengua:  (De tri- y el gr. κύκλος, círculo, rueda).  1. m. Vehículo de tres ruedas.  2. m. Juguete infantil de tres ruedas, que se mueve mediante la acción de pedales.  Triciclero es quien conduce un triciclo, lo mismo que, triciculero es el conductor de un triciculo.  Es evidente que la palabra triciculo es una deformación de la palabra triciclo por el uso inapropiado de la misma en su pronunciación.  Para el dominicano un triciculo es un vehículo de tres ruedas accionado por pedales o motor de gasolina adaptado con un contenedor, de madera o metal, sobre el eje delantero que se utiliza para vender o transportar todo tipo de mercancía.

Pero el triciclo no es un transporte exclusivo de la República Dominicana, en otros países latinoamericanos se utiliza de igual manera, tales como Nicaragua, en donde se les llama “caponeras”, México, Perú, entre otros.  Al igual que aquí, en Dominicana, estos triciculeros, tricicleros o caponeros ocasionan serios problemas de circulación vial.  Leía en el Nuevo Diario.com.ni, periódico digital Nicaragüense, lo siguiente:
“Tricicleros ilegales quieren ‘vía libre’.  Jackson Mayorga, de 23 años, cadete de un triciclo en la localidad, denunció que las sanciones que aplica la municipalidad afectan su pobre situación económica.  Con un paro frente al edificio de la municipalidad leonesa los dueños y cadetes de triciclos intentaron ejercer presión para que se les conceda circular libremente por toda la ciudad”.
Leí en el Diario del Sur, México, una noticia más actualizada:
 “Tricicleros bloquean calles de Cacahoatán.  Tricicleros y chóferes de la ruta de colectivos "Cobach", bloquearon por la mañana céntricas calles de la cabecera municipal, para impedir la ampliación de la ruta sobre la 6ª calle, por donde los colectivos de la Cooperativa 9 de Diciembre, habrían de iniciar labores como parte de la autorización por parte de la Secretaría del Transporte del Estado”.
En ambos casos, se trata de triciclos de transporte público de personas que operan de manera ilegal.
En República Dominicana este tipo de transporte se utilizó sin mucho éxito, en la ruta San Martin – UASD a todo lo largo de la avenida Tiradentes.  Los triciclos eran un híbrido entre Motoneta Lambretta y furgoneta, adaptada con asientos en la parte trasera y a ambos lados del chófer.  Transporte arriesgado y peligroso para los usuarios.  Fue reemplazado por el “motoconcho”, una modalidad de transporte de pasajeros pero en un motor de dos ruedas.
En el periódico digital El Diario.com.ec. que se publica en la región de Portoviejo en Ecuador, encontramos este otro artículo.  “Municipio busca el orden y tricicleros defienden su trabajo.  Al menos cinco quejas han sido interpuestas en la Defensoría del Pueblo por parte de tricicleros que expenden en el centro de la ciudad.  Así lo aseguró el presidente de la Asociación de Comerciantes Minoristas Ambulantes, Heriberto Sosa Chávez”.
El triciclo es un vehículo de uso general en toda América Latina y en otros países asiáticos.  En República Dominicana el triciculo es un vehículo para todo uso, se puede ver cada día en las calles de Santo Domingo o en cualquier región del país al triciculero transportando las cosas más insólitas dentro de este versátil vehículo de tres ruedas.  Sirve para vender víveres, vegetales, frutas y otros alimentos; se puede cargar una lata con un fogón debajo prendio en candela para vender maíz sancochado, pasteles en hoja, pollo matado y pelado; se hacen mudanzas, se transporta chatarra, se recoge cartón y botellas, en fin, el triciculo en la República Dominicana adquiere la característica que su dueño le imprima, la imaginación es el límite.
Incluso a mí, cuando apenas tenía como siete años de edad, Daniel, el verdulero que pasaba diariamente y se paraba frente a la casa número 11 de la Hilario Espertin, para que mamá se abasteciera de la ensalada del mediodía, me cargaba y me ponía a un lado del triciculo para darme una vuelta a la manzana.  Darle un paseo alrededor del barrio al hijo de la “vecina”, al que se atrevía a llamarle por el mote de “buche pavo”.
Hasta para eso sirve un triciculo en la República Dominicana.