
Pero el triciclo
no es un transporte exclusivo de la República Dominicana, en otros países latinoamericanos
se utiliza de igual manera, tales como Nicaragua, en donde se les llama “caponeras”,
México, Perú, entre otros. Al igual que
aquí, en Dominicana, estos triciculeros, tricicleros o caponeros ocasionan
serios problemas de circulación vial.
Leía en el Nuevo Diario.com.ni, periódico digital Nicaragüense, lo
siguiente:
“Tricicleros
ilegales quieren ‘vía libre’. Jackson Mayorga, de 23 años, cadete de un triciclo
en la localidad, denunció que las sanciones que aplica la municipalidad afectan
su pobre situación económica. Con un
paro frente al edificio de la municipalidad leonesa los dueños y cadetes de
triciclos intentaron ejercer presión para que se les conceda circular
libremente por toda la ciudad”.
Leí en el Diario del Sur, México, una noticia más
actualizada:

En ambos casos, se trata de triciclos de
transporte público de personas que operan de manera ilegal.
En República Dominicana este tipo de transporte se
utilizó sin mucho éxito, en la ruta San Martin – UASD a todo lo largo de la
avenida Tiradentes. Los triciclos eran
un híbrido entre Motoneta Lambretta y furgoneta, adaptada con asientos en la
parte trasera y a ambos lados del chófer.
Transporte arriesgado y peligroso para los usuarios. Fue reemplazado por el “motoconcho”, una
modalidad de transporte de pasajeros pero en un motor de dos ruedas.
En el periódico digital El Diario.com.ec. que se
publica en la región de Portoviejo en Ecuador, encontramos este otro artículo. “Municipio
busca el orden y tricicleros defienden su trabajo. Al menos cinco quejas han sido interpuestas en
la Defensoría del Pueblo por parte de tricicleros que expenden en el centro de
la ciudad. Así lo aseguró el presidente
de la Asociación de Comerciantes Minoristas Ambulantes, Heriberto Sosa Chávez”.

Incluso a mí, cuando apenas tenía como siete años
de edad, Daniel, el verdulero que pasaba diariamente y se paraba frente a la
casa número 11 de la Hilario Espertin, para que mamá se abasteciera de la
ensalada del mediodía, me cargaba y me ponía a un lado del triciculo para darme una
vuelta a la manzana. Darle un paseo alrededor
del barrio al hijo de la “vecina”, al que se atrevía a llamarle por el mote de “buche
pavo”.
Hasta para eso sirve un triciculo en la República Dominicana.