"Porque la aflicción no sale del polvo, ni brota de la tierra la molestia; sino que, como los relámpagos se levantan para volar por el aire, así el hombre engendra su propia aflicción. Ciertamente yo en tu lugar buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa".
Job 5, 6-8

julio 20, 2021

Cita No. 9 del Dr Simon Froylan


Construimos nuestra propia carcel cuando creemos que debemos ser prisioneros de algo o alguien.

 

abril 07, 2017

Esperas...

Espero...
mi corazón se detiene, el tiempo avanza
que hago aquí, que hago allá
una luz me envuelve, me aleja de tí

Espero...
el eco subibaja en el diagrama
palpitaciones de súbito alteran mis emociones
mi fe se aferra a tí.

Esperas...



Dr. Simon Froylan

Cita No. 8 del Dr Simon Froylan

"Las expectativas producen sueños, saber lo que pasará mañana, desinterés"

Dr. Simon Froylan



marzo 31, 2017

marzo 29, 2017

Cita No. 6 del Dr. Simon Froylan

"Cuando el mago no es muy diestro en el arte del engaño siempre queda atrapado en sus propios trucos"

Dr. Simon Froylan

diciembre 23, 2016

Humo (r) negro.

El ron chorreaba por el borde del mantel. Debatiéndose entre quedarse sobre la mesa o estrellarse contra el suelo, la botella giró en vaivén. Algunos corrieron hacia la salida otros volaron por las ventanas. Un silencio se dibujó en los gritos, y en el aire… notas musicales se organizaron armoniosamente sobre un pentagrama de humo negro. Las sirenas a lo lejos arrullaron la esperanza, espuma blanca, agua, infierno que todo lo envuelve, que todo lo consume. Se oyó un Nocturno de Beethoven y no hubo explicación, fue locura, pánico, pandemónium… fue el final.

Dr. Simon Froylan, premonición.

octubre 02, 2016

Una guayaba no vale una torcedura...



Anécdota.

Éramos capaces de olvidar los sucesos rápidamente.  Tan rápido, que al día siguiente salíamos a recorrer las calles más valientes y decididos que el día anterior. Un nuevo objetivo era la casa ubicada enfrente de la residencia de Caamaño en la misma calle Francia; vista desde la acera del frente, parecía estar sobre una colina (Realmente está en un montículo por encima del nivel de la calle Francia).
Fue fácil penetrar al lugar: el portón nos abrió sus brazos, ya nos conocía.  Subimos al techo por la pared del callejón, era bajita y los blocks a medio poner servían de escalera.  Recoger guayabitas sabaneras no era la gran cosa, pero el guayabo era tan alto que sobrepasaba el techo de la vivienda, de modo que, esas guayabitas pequeñas, agrias, de color rosado por dentro, se podían ver desde afuera con todos sus matices: amarillas, rosadas, verdes, pintonas.  Nadie que se precie de ser maroteador dejaría pasar por alto aquella provocación.
En la vida nada es gratis, tienes que tomarlo; aunque exista el riesgo de perderlo.  Es ahí donde estriba la esencia del ser.  El verdadero sabor de la vida está en disfrutar lo que haces a pesar de las dificultades.
—Abuela, arriba del techo hay unos muchachos.
Eso voceó un niño desde el patio a su abuelita, que salió y miró hacía donde él señalaba con su dedo índice, la abuela miró por todos los ángulos del techo pero no nos vio porque la voz de alerta del niño, sin proponérselo, nos advirtió, dejándonos caer de pecho sobre el techo caliente.  La abuela dudó sobre la veracidad de la noticia, pero se quedó a esperar.
Cuando pensamos que la doña había entrado a la casa nos paramos para seguir...
—¡Roberto juye, llama al guardia! ¡Utede verán malvao muchacho de la mierda!
Cesar y Brico corrieron hacia el borde del techo, se tiraron de plancha contra el piso de la azotea y en movimientos de semicírculo se descolgaron de la cornisa dejándose estrellar contra el suelo de la marquesina, pero yo, que me había quedado de último, no encontré lugar para apearme.  El señor venía con una correa en la mano detrás de mí demasiado rápido como para pensar que haría conmigo.  “Párate ahí pa que tu veas”, dijo, y ya estaba muy cerca de mí, “¡qué pendejo, agárreme si puede!”, contesté y salté sin pensarlo dos veces, rodé por la rampa de la marquesina hasta la acera, me incorporé y corrí hasta que ya no pude más.
A una distancia de consideración, cuando el peligro había quedado atrás nos sentamos a descansar.  Empecé a reflexionar sobre mis superpoderes y maldije a Superman: ni pude volar ni estaba hecho de acero.  En la medida que nos enfriábamos y comentábamos la hazaña…, y ya, cuando dejé de sentirme como Hulk, empecé a sentir dolor, cuando quise caminar el dolor se hizo más intenso, no pude dar un paso, tenía el pie roto.  Cesar, uno de mis grandes compañeros de aventuras, fornido o ¿amasadito?, como todo buen soldado me cargó a caballito y me llevo a casa, mientras Brico, durante todo el trayecto no paraba de relajar con el “salto de maco” que di desde el techo a la calle.
Mamá, acostumbrada a todos estos eventos, cuando me vio en la condición que Cesar me traía no cuestionó el suceso, llamó un vecino y me llevaron a la Clínica Internacional en la calle México, a poca distancia y paralela a la Francia.
—Por suerte no hubo rotura, dijo el doctor, sólo fue un estiramiento de los tendones.
Me pusieron un yeso hasta la rodilla, y el doctor le dijo a Mamá que en 45 días yo estaría en condiciones de volver a mis andanzas.  Pero 45 días era demasiado tiempo para estar tranquilo y casi al cumplir el mes, Mamá al ver las condiciones en que estaba el yeso no esperó; en franca usurpación de funciones, decidió que ya era tiempo de quitarme el pedazo de yeso raído y sucio y con un cuchillo de sierra empezó y terminó exitosamente el procedimiento.  Gracias a Dios, todo estaba bien.
Una guayaba no vale una torcedura… quizás cien.

enero 28, 2016

Cita del Dr. Simon Froylan No. 4

«La chispa que enciende una brizna seca en el bosque, nada representa si es ahogada por un chubasco a tiempo; si por el contrario, ésta es alentada por una brisa de ocasión, la chispa prende convirtiéndose en una fogata aislada. La inocente llama azotada por fuertes vientos se transforma en un incendio, que poco a poco avanza sin que nadie lo advierta, hasta convertirse en un infierno que arrasa con el bosque dejando a su paso desolación y cenizas».

Verano ‘99

Citas del Dr. Simon Froylan No. 5






"La tierra es el único bien que el hombre siempre estará dispuesto a pagar con sangre."

                    Lex Luthor

agosto 20, 2015

La realidad dominicana



 Aló ¿Ada?
Oh Simón es usté, ¿cómo le va?
A mí siempre me va bien.
¿Ya aprendió a usar su celular?
Ja ja, gran vaina, ¿tú estás en tu casa?
Claro que sí, ¿para dónde voy yo?
Qué se yo, una mujer soltera se va pa dónde le dé la gana y no tiene que darle cuenta a nadie.
Ya termine, ¿para qué usté me quiere?
Nada, que voy para allá ahora.
Pues venga que usté siempre es bienvenido.

¡Ada, Ada!
¡Ya voy, momento! Usté voló.
Schsss... Mira lo que te traje.
Ay Simón usté no tenía que ponerse a eso, gracias. Pase paca pala terraza ¿quiere un jugo de avena con limón.
Cómo que si quiero, ¿ya está hecho?
Por qué usté siempre anda como al que lo andan persiguiendo, los doce años pasaron hace mucho. No, no está hecho, déjeme ponerme a hacerlo, está en un momentico. ¿De dónde vienes? Tú como que estabas en sofoke.
¿Cómo? Repíteme esa última frasecita.
—Qué es lo que van a repetir, no meeee... déjame callarme
Deje la juntilla con esos tigueres que usté es una mujer de respeto.
Yo me junto con quien a mí me parezca y usté no tiene que meterse en eso. ¿De dónde es que usté viene?, responda y deje de estar armando chercha conmigo.
Estaba haciendo una diligencia ahí en la Cámara de Comercio, bájese que la cerveza es la única que se sube cuando está caliente.
Párese un momentico Simón.
Y ahora, ¿cuál es la jodienda?
Que usté está sudando mucho y me le va a pegar ese sudor a los cojines y al espaldar de la mecedora.
—Oye esto ahora, tú vas a dejar la mecedora pelá.
A usté no le va hacer daño sentarse sobre el guano.
Esto se jodió.  
¿Por qué? Porque a mí me gusta cuidar lo mío. A usté eso le puede parecer que no es nada pero a mí sí. Párese de ahí y páseme una fundita de limones de la nevera.
Mierquina, que friito ma bueno, se ve que aquí tienen 24 horas.
Gracias a Dios, esa luz no se va nunca y el día que se va viene de una vez.
Ustedes son unos privilegiados. Toma, agarra los limones.
Cuénteme, qué hacía en la Cámara de Comercio.
Nada, registrando una asamblea. Pero esa no es la noticia. La verdad es que este país se jodió, Ada. Cruzando la 27 de Febrero para montarme en un carrito público, veo a un amet que está parado en medio de la avenida diciéndole afanosamente a un chofer de una yipeta negra qué no, qué ahí no se dobla, ¿usté sabe lo que hizo el tipo de la yipeta?...
Estoy esperando que usté me lo diga.
Que bajo el vidrio y le enseñó una gorra negra con un distintivo ¿y qué usté cree?...
Déjese de estar preguntando tanto y termine.
Mire, al ametmao le cambió el semblante, ¿usté se acuerda cuando nos metían miedo con el cuco?...
Ah pero va a seguir, termine y deje de decirle amemaos a los policías de la Amet.
Eh ombe, vaya pallá. El ametmao se puso igualito que nosotros cuando nos metían miedo con el cuco, bajó la cabeza, como el que quiere esconder el miedo, se quitó del medio y dejó que el tipo doblara como le dé la gana. Fue tanta la indignación del policía que en la acera me miró y dijo, como para justificarse, “este maldito país debe hundirse”.
Bueno, Simón, es penoso pero esa es la realidad dominicana. Tú no viste el video del sobrino de Monchy diciéndole mojón a...
Coooomo Ada, dilo otra vez.
—Ay ombe, usté siempre está con un relajo. Mojón, eso era lo que tu querías oír..
A mí me encanta oírte diciendo malas palabras, tú las dices con tanta pena que parecen más un lamento que una indecencia.
Tenga paque se calle.
Esto sabe a jugo de sobre.
Si ombe, esa avena nada más sabe a medicina. Eso sí, que no la vuelvo a comprar más. Pues sí como le decía, eso es muy serio...
El que la avena sepa a medicina.
No ombe, lo de la falta de autoridad. Eso habla muy mal de nuestras instituciones y de nosotros como ciudadanos, aquí cualquier pate burro con un ranguito o un carguito se cree que está por encima de la ley. Pero peor son los familiares de cualquiera de estos burócratas, esos dan galleta y hasta el uniforme le hacen quitar en la calle a los infelices subalternos.
¿Tú no viste el video de un carajo que le dijo comemierda a un oficial del ejército? Mira Ada, aquí hay que tener sangr e’ maco para no fracasar, porque a mí una porquería de hombre como el del video me dice comemierda y le hago comer todos los dientes.
Sí, el problema es que aquí nadie sabe quién es nadie. Usté hace eso y ahí mismo lo dejan 30 días preso y después le quitan el uniforme.
Coño Ada, eso es lo más cierto que hemos dicho esta tarde. Hasta que aquí no se acabe esa vaina, esto va hacer muy difícil resolverlo. Aunque yo creo que las cosas se arreglan fáciles, sólo dele a un policía inmunidad para poder multar a un superior y discrecionalidad para que haga cumplir la ley y usté vera que se acaba la vagabundería.
Tú si eres ingenuo Simón, con ese disquete que tienen los policías dominicanos en el cerebro tú le pones todo ese poder en las manos, con los salarios de miseria que reciben, y ahí sí es verdad que se picotea en grande. Es educación lo que falta, E DU CA CION, Simón, no me voy a cansar de decirlo, educación y de la mano con ésta, sanción. Un pueblo educado que sienta el peso de la ley, que sepa que las malas acciones tienen consecuencias, difícilmente se mete en problemas.
Eso es así, las sanciones deben comenzar por arriba, pero cómo un cabo o un sargento le pone una multa a un político o a un superior...
Deme el vaso que lo va a dejar caer.
Diañe pero tú si te has puesto vainita con todo.
No Simón, lo que pasa es que yo no tengo un marido que me dé nada, si yo no cuido lo mío nadie lo va a hacer.
Ya está bueno de arreglar el país, yo me voy.
Bueno sí, hablamos luego, no vaya a ser cosa.
Ah pero tú crees que estamos en la era de Trujillo.
Ahora es peor, con tantos trujillos...


Nos vemos.

agosto 07, 2015

Viste, quitaron al jefe de la policía

“Vamos a trabajar sin amigos ni enemigos”,  proclama el nuevo jefe de la Policía Nacional,
mayor general Manuel Castro Castillo. 26 de junio de 2013

—Hola Simon, no fue a mí que tú me dedicaste la cancioncita esa de Silvio, la que dice: el tiempo pasa nos vamos poniendo viejos… porque no es a mí que usté me está diciendo vieja ¿verdad que no?
—Pero ven acá Ada, tú te crees que naciste pa semilla.
—Mire lo que le voy a decir, Simón, vieja es su abuela y usté y otra cosa, a mí no me compare contigo que tú eres más viejo que yo.
—Vamos a dejar eso así, Ada. Y la cancioncita esa no es de Silvio Rodríguez es de Pablo Milanés.
—Para mí es lo mismo, yo no viví esa época de rebeldía.
—Gran vaina esa... viste quitaron al jefe de la policía, yo te lo dije.
—Eso se veía venir, ah pero tú te crees que esa presión mediática es fácil Simón… y esos actos delictivos espectaculares, ¿te parecieron fortuitos?
—Ada tuta aprendiendo mucho conmigo.
—Es que con esos análisis suyos Simón… ¿a ti te criaron en un laboratorio?
—Ay cañajo, ya deje la vaina, se corrió.
—Es que tú te crees que el único que sabe eres tú.

abril 24, 2015

Cita No. 3 del Dr. Simon Froylan

"Todo hombre tiene derecho a mentirle a su esposa una vez, tal vez hasta dos, si con esto pone a salvo su matrimonio y los frutos de su unión. A lo que éste no tiene derecho es a enterrar en una tumba de mentiras a su compañera para serle infiel de manera permanente, desvergonzada y cobarde."